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Arquitectos: estudio CO-A
- Área: 95 m²
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Fotografías:José Hevia
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Proveedores: Ceràmica Cumella, FARO Barcelona, Marset, Pilma, QUICK-STEP
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El encargo se ubica en un edificio del popular barrio de Poble Sec, en Barcelona, del año 1870, en la vivienda de planta principal. Era una vivienda con poca luz natural, con una gran terraza en la fachada posterior y objeto de varias reformas a lo largo del tiempo. Las diferentes capas superpuestas de acabados no permitían reconocer los elementos preexistentes de la arquitectura tradicional catalana de la época. Por lo tanto, con el objetivo de analizar el contenedor primitivo de la vivienda y sus características, se empezó por un derribo selectivo de todas estas capas de revestimiento e instalaciones hasta llegar a los elementos constructivos originales. Nos encontramos con un espacio de techos altos, muy compartimentado, con pocas oberturas al exterior (ya que la finca no cuenta con patios de ventilación) y unos elementos constructivos muy característicos del lugar y la época: muros de carga interiores de ladrillo, forjados de vigas de madera y revoltón cerámico y grandes arcos en fachada posterior.
Ante este escenario y con los requisitos del cliente en cuanto a programa funcional (tres habitaciones, dos baños y descartar la cocina totalmente abierta a la sala) iniciamos la estrategia del proyecto. Los objetivos eran dotar de luz natural al máximo de estancias de la vivienda, recuperar su identidad arquitectónica y crear una atmósfera confortable para la familia usuaria de aquellos espacios.
Para optimizar la iluminación natural, diseñamos una nueva distribución conformada por espacios amplios y situando las puertas de las piezas de fachada de forma estratégica, para potenciar la conexión visual con el exterior desde el centro de la vivienda (zona más oscura). En la nueva distribución, esta zona central contrarresta su desventaja en cuanto a condiciones de iluminación natural con la gran superficie adoptada para la sala de estar - comedor situada en esta ubicación.
Y se recuperan las oberturas originales existentes en el muro de carga interior entre sala y cocina, dando así permeabilidad al mismo y augmentando la conexión visual desde el interior con la gran terraza de la vivienda. Ante la necesidad de dotar de identidad a la vivienda, se recuperan muchos de los elementos tradicionales de su arquitectura para que dialoguen en armonía con los nuevos elementos introducidos. Los materiales nuevos seleccionados se corresponden con el lugar y buscan dar un carácter intemporal y moderno.
Por último, cabe destacar el uso del color rojo de las nuevas carpintería de hierro que, combinado con el blanco que forma la base de fondo en paredes y techos, crea una atmósfera actual y alegre incluso en las zonas más lúgubres del piso. Además esta introducción cromática en los acabados interiores contribuye a la caracterización del ambiente tan buscada desde el inicio del proceso de diseño.